Cooperstown, un lugar encantador cerca de Nueva York

Cuando se piensa en Nueva York, lo primero que viene a la mente son experiencias típicas en destinos como Times Square, Central Park y el Puente de Brooklyn. Pero para quienes planean unas vacaciones prolongadas en Nueva York, seguramente apreciarán la posibilidad de escapar por unos días del bullicio de la ciudad de los rascacielos y disfrutar de la tranquilidad en una de las encantadoras ciudades que caracterizan a este famoso estado.

A tan solo 4 horas de la Gran Manzana se encuentra Cooperstown, un lugar que vale la pena visitar.

Cooperstown se encuentra a medio camino entre Nueva York y Hudson, prácticamente en el corazón del estado, a orillas del lago Otsego. Este lago, llamado así en honor a los nativos americanos, destaca por una roca emergente que antiguamente era un punto de reunión y hoy es conocida como ‘Council Rock’, representando uno de los tesoros históricos más destacados de la región.

Además de ser una ciudad encantadora, Cooperstown alberga varios museos de renombre nacional, como el Salón de la Fama y Museo del Béisbol, que es el principal atractivo del lugar. Ofrece amplia información sobre la historia del deporte en Estados Unidos y celebra a los jugadores y equipos que han hecho contribuciones importantes al béisbol. El museo también cuenta con exhibiciones interactivas, artefactos históricos y galerías de trofeos. Es una parada obligatoria para cualquier aficionado al deporte sin duda.

También se encuentra el Museo de Arte de Fenimore, establecido en 1899 y que alberga exposiciones de folclore y muestras de obras de arte de tribus indígenas, y una exposición está dedicada al residente más famoso de la ciudad: el escritor James Fenimore Cooper, el autor estadounidense de “El último mohicano”.

Además, otro lugar de interés para los amantes de la historia es el Museo del Ferrocarril de Cooperstown, que cuenta con una colección de trenes antiguos y artefactos relacionados con el transporte ferroviario.

También vale la pena llegar a Cooperstown para visitar el Museo de los Agricultores. Antes, en este lugar había una verdadera granja. La exposición consta de 25 edificios históricos y el museo cuenta con una colección de exhibiciones originales. Aquí se puede rastrear cómo se ha desarrollado la vida rural del país desde principios del siglo XIX.

Otro lugar muy peculiar para visitar es la Cervecería Ommegang. Lo cierto es que Ommegang es la encargada de producir las cervezas artesanales de Juego de Tronos. De hecho, no se limita a una sola, sino que ha creado 13 cervezas en total, todas ellas dedicadas a rendir homenaje a la serie de George R.R. Martin.

Para los amantes de la sidra, una parada obligada es el Molino de Sidra Fly Creek. Aquí los visitantes pueden presenciar el proceso de extracción del jugo fresco de las manzanas y degustarlo. Esta institución, regentada por la familia Michels desde hace 150 años, es un molino accionado por agua. Ofrecen una gran variedad de productos y derivados a la venta, así como una impresionante selección de quesos. La visita es un deleite tanto por las catas que ofrece como por la belleza del lugar. Un pequeño estanque cerca del molino es el hogar de patos y gansos, lo que contribuye al ambiente encantador del sitio.

Cooperstown se autodenomina “la ciudad más perfecta de América” y es uno de esos lugares de los que la gente se enamora inmediatamente. Más allá de su arquitectura y la belleza de sus paisajes, es la cuna de uno de los deportes más queridos en Estados Unidos: el béisbol. Aunque atrae a numerosos visitantes cada verano con diversos eventos, esta encantadora localidad mantiene una modesta población de 1.794 habitantes, según la Oficina del Censo de los Estados Unidos. A pesar del voraz crecimiento moderno del estado de Nueva York, conserva un encanto idílico.

Cooperstown va mucho más allá de sus atractivos turísticos ya que esta pintoresca localidad se distingue por sus impresionantes y coloridos parques, seguras calles peatonales en el corazón de la ciudad y una destacada escena gastronómica. Para quienes disfrutan de las bebidas artesanales, la región cuenta con numerosas cervecerías históricas, bodegas y fábricas de sidra que vale la pena visitar. Su bien conservado centro histórico está repleto de acogedoras tiendas y cafés.

Enclavada entre ondulantes colinas, Cooperstown es un destino favorito para los amantes de las actividades al aire libre. Aquí, los visitantes pueden deleitarse con rutas de senderismo y nadar en las cristalinas aguas. Según Bill Michaels, residente de sexta generación de Cooperstown y propietario de Fly Creek Cider Mill, se anima a los visitantes a reservar días adicionales para disfrutar de la impresionante orilla del lago.

En cuanto al alojamiento, la oferta es variada, desde hoteles y moteles hasta casas de campo y bed and breakfast. En definitiva, Cooperstown se presenta como un destino turístico ideal para quienes aprecian el béisbol, la historia y la naturaleza.

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