Visitando el parque Domino
Brooklyn es el distrito más poblado de Nueva York y actualmente muchos de sus barrios se han convertido en hogares de familias de clases más adineradas que huyen del caos de Manhattan.
Como dicen sus propios habitantes, es “el hogar de todos los que vienen de todas partes”, lo que refleja claramente la diversidad cultural de sus barrios. Uno de los más famosos es Williamsburg, un lugar que se ha transformado por completo en cuestión de años.
Uno de los lugares favoritos de todos los visitantes es el moderno Domino Park, que abrió sus puertas desde 2018, es un parque público realmente único. Construido junto al East River, también se puede disfrutar de unas espectaculares vistas de Manhattan.
Domino Park ha tomado su nombre en referencia a la antigua fábrica que allí se ubicaba: Domino Sugar Refinery. Esta refinería funcionó durante más de 150 años y produjo más del 98% del azúcar que se consume en todo Estados Unidos. En aquel momento, fue la refinería más grande de todo el mundo y tuvo una importancia vital en la historia económica de la ciudad y de Estados Unidos. Además, atrajo a muchos inmigrantes de países como Puerto Rico, Polonia, República Dominicana y Alemania que vinieron a trabajar y que acabaron dando su especial presencia multiétnica al barrio de Williamsburg.
Esta famosa fábrica cerró sus puertas en 2004 y estuvo abandonada durante varios años. 3 de sus edificios fueron reconocidos como monumentos históricos de la ciudad en 2007.
Luego, en 2010, el Ayuntamiento de Nueva York autorizó la demolición de parte del complejo para crear una zona recreativa.
La historia de este espacio recuperado todavía se puede ver y nada más llegar a Domino Park encontrarás muchos objetos que tienen su origen en elementos industriales de la antigua refinería. De hecho, todavía se pueden ver los grandes almacenes de ladrillo rojo reconvertidos en oficinas.
Muchas piezas de la maquinaria y materiales de la fábrica también han sido reutilizadas para su uso en el parque. Por ejemplo, las sillas y bancos de madera se han construido a partir de madera recuperada de la fábrica. Hay restos de silos o grúas: esto realmente se ha convertido en la identidad del parque y representa a la perfección este pasado industrial.
El parque está dividido en tres zonas: un área dedicada al descanso, otra a la gastronomía y un área de juegos para niños, adultos y perros.
El parque es un lugar para disfrutar e ideal para los niños, pues hay un área de juegos de tres niveles inspirada en el circuito que seguía la fábrica de azúcar. También hay una cancha de voleibol de playa reglamentaria, que se puede transformar en una cancha de fútbol.
El parque también cuenta con el restaurante de inspiración mexicana llamado Tacocina. Se ofrece el servicio de comer allí o pedir comida para llevar y comer en el parque. Abre todos los días de 11 a 22 horas, excepto viernes y sábados, hasta las 23 horas. Hay que tener en cuenta que los precios son un poco altos, ya que un taco mexicano puede costar alrededor de $5, pero su ubicación especial realmente justifica la experiencia.
Uno de los puntos más llamativos de este parque son sus espectaculares vistas, ya que se puede ver el horizonte al otro lado del East River. Allí se puede disfrutar de la vista del Empire State Building, el Summit e incluso The Edge a lo lejos.
El parque Domino abre todos los días de 6am a 1am y la estación de metro más cercana es Bedford Ave (L), a unos 12 minutos a pie. Otra opción recomendada es llegar en el NYC Ferry, utilizando las paradas North Williamsburg o South Williamsburg, ambas a unos 10 minutos a pie. Un punto importante para quienes visitan con niños es que el parque cuenta con baños públicos.
Las fechas ideales para visitar este parque son entre finales de primavera y principios de otoño para disfrutar del mejor clima. Durante el verano, uno de los puntos favoritos son las fuentes de agua ubicadas en el corazón del parque, justo frente a lo que queda del edificio principal de la refinería. Allí se llena de niños refrescándose, lo que le da al lugar un ambiente muy divertido para las familias. Además, estas fuentes se iluminan por la noche.
Cuando la Fuente se apaga, el espacio se transforma en una gran plaza abierta que puede albergar diversos eventos y reuniones públicas, como presentaciones musicales o proyecciones de películas.
Este parque de Williamsburg es un verdadero encanto que además te permite salir un poco de Manhattan y descubrir lugares que no todos los turistas conocen.
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