La taberna irlandesa más antigua de Nueva York
La Gran Manzana es un lugar lleno de historia y que conserva innumerables rincones de otras épocas. Desde sus icónicos edificios hasta sus calles adoquinadas con siglos de antigüedad, teletransportan al visitante a otra época.
La ciudad también destaca por contar con bares, algunos de los cuales llevan existiendo casi dos siglos.
Uno de los lugares más emblemáticos es sin duda la taberna Old Ale House en McSorley donde con solo poner un pie dentro se puede oler la historia.
Ubicada en el East Village, más concretamente en el número 15 de East 7th St, McSorley’s es la taberna irlandesa más antigua de toda la ciudad de Nueva York y considerada uno de los 5 mejores bares históricos. Abrió sus puertas en 1854 de la mano del inmigrante irlandés John McSorley y cuando abrió, el bar se llamaba originalmente “The Old House at Home”.
Este bar ha sido frecuentado por personalidades del mundo de la política como Abraham Lincoln, Teddy Roosevelt, Peter Cooper o Boss Tweed. Esta taberna también está considerada como una de las cervecerías con mayor permanencia en el tiempo, pues durante la Prohibición, servía un tipo de “cerveza casi” que contenía tan poco alcohol que no se consideraba ilegal.
Aparte del suelo de piedra y la chimenea de hierro, las paredes están llenas de recuerdos como artículos de periódico y fotos antiguas, los grilletes de un soldado de la Guerra Civil, incluso la herradura de uno de los caballos que tiraba del coche fúnebre de Abraham Lincoln… todo permanece intacto desde 1910.
Entre los objetos interesantes que se pueden encontrar al visitar el bar, se encuentran unas esposas que pertenecieron a Harry Houdini, el mago más famoso de la historia (las esposas se pueden ver atadas en la barra del bar), la silla en la que solía sentarse el presidente Abraham Lincoln y los huesos de la suerte que algunos militares estadounidenses colgaron antes de partir a la Primera Guerra Mundial.
Según la leyenda, una vez terminada la guerra, los militares volvieron a recoger los huesos. Por lo tanto, los huesos de la suerte que podemos ver hoy en día pertenecerían a soldados que no lograron sobrevivir al conflicto.
La última vez que se retiró algún objeto de recuerdo de sus paredes fue en 1910 y por eso el bar pintó en una de sus ventanas que da a la calle 7, la frase que menciona: “Estábamos aquí antes de que nacieras”.
Un dato curioso es que el eslogan de McSorley’s era “buena cerveza, aros de cebolla crudos y sin mujeres”, costumbre que mantuvo hasta 1960, siendo el último bar de la ciudad en admitir solo hombres. Lo cierto es que las mujeres no fueron admitidas en este bar hasta el 10 de agosto de 1970, después de que las abogadas de la Organización Nacional de Mujeres Faith Seidenberg y Karen DeCrow presentaran una denuncia por discriminación contra el bar en el tribunal de distrito que afortunadamente ganaron. Las dos mujeres habían entrado a McSorley’s en 1969 y se les negó el servicio, lo que fue la base de su denuncia por discriminación.
El fallo de este caso fue portada del diario The New York Times el 26 de junio de 1970. En él se establecía que, como lugar público, el bar no podía violar la Cláusula de Igual Protección de la Constitución de los Estados Unidos. Fue entonces cuando el bar se vio obligado a admitir mujeres. En 1970 Barbara Shaum se convirtió en la primera clienta femenina del bar. Con el fallo que ordenaba que se atendiera a mujeres, el baño pasó a ser unisex. Solo 16 años después, más precisamente en 1986, se instaló un baño para mujeres.
En 2004, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, decidió declarar el 17 de febrero como el Día de McSorley para rendir homenaje a esta taberna.
Otro dato curioso sobre este histórico recinto es que hasta 2011, McSorley’s mantuvo un gato para cazar ratones en sus instalaciones hasta que se aprobó una ley que prohibía esa práctica. En noviembre de 2016, el establecimiento cerró sus puertas durante una semana debido a violaciones al código sanitario que se solucionaron rápidamente.
En 2017, McSorley’s agregó a su menú los famosos y exquisitos hot dogs Feltman’s Coney Island, la primera vez que se modificaba el menú en más de sus 50 años de existencia. El dueño de Feltman’s, Michael Quinn, fue un ex empleado de McSorley’s, y durante finales del siglo XIX, su restaurante en Coney Island era un destino popular para la familia McSorley.
Además, lo genial de este lugar es que, cuando pides una cerveza, te sirven dos vasos. Sin duda, para los amantes de la historia, la cerveza y los pubs, este lugar es una visita obligada.
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